La madre de una menor de 13 años había denunciado su desaparición ante la División de Violencia Familiar y de Género, movilizando a las fuerzas policiales para dar con su paradero. Mientras la mujer realizaba la denuncia, el comisario Diego Moreyra, jefe de la Comisaría Segunda, llegó a la unidad con la adolescente, quien había sido encontrada deambulando por la colectora Norte, cerca de la calle 12, en el barrio Ensanche Sur.
Una vez en la comisaría, la menor fue recibida por su madre y por personal especializado, ya que se encontraba nerviosa y llorando. En ese momento, afirmó que había sido secuestrada por tres personas que la subieron a la fuerza a un automóvil en la calle 28, la llevaron a un lugar desconocido y la abusaron.
Ante la gravedad del relato, se activaron todos los protocolos para investigar el caso y dar con los supuestos responsables. Personal de la División de Violencia Familiar y de Género, la Unidad de Protección Integral y otras dependencias intervinieron de inmediato, brindándole apoyo y buscando esclarecer lo ocurrido.
Sin embargo, tras recibir contención y calmarse, la menor admitió que había mentido. Confesó que había inventado la historia para evitar que su madre descubriera que había estado con su novio.