La diputada libertaria Lourdes Arrieta presentó una denuncia penal contra miembros de su propio bloque y funcionarios de la Cámara de Diputados y del Servicio Penitenciario, tras una polémica visita al penal de Ezeiza donde se reunieron con represores condenados por delitos de lesa humanidad.
Arrieta, junto con otros cinco legisladores, participó en la visita que generó un fuerte revuelo político. Sin embargo, la diputada asegura haber sido engañada respecto al propósito del encuentro. En declaraciones al canal C5N, afirmó que tanto Martín Menem como Gabriel Bornoroni, jefe del bloque, habían autorizado la actividad, contradiciendo las declaraciones de estos últimos, quienes negaron tener conocimiento de la misma y la calificaron como una decisión “individual” que no representa al bloque ni al gobierno de Javier Milei.
La postura de Arrieta coincide con la de su compañera Rocío Bonacci, quien también alegó desconocer la naturaleza de la visita. No obstante, Bonacci fue objeto de críticas adicionales por llegar tarde a una sesión clave en la Cámara de Diputados, lo que contribuyó a la falta de quórum.
Dentro del bloque libertario, el malestar es palpable. Fuentes internas revelaron que se está evaluando la posibilidad de expulsar a Arrieta o esperar a que ella misma decida formar un monobloque. La diputada investigó los “beneficios” de tal movimiento y podría considerar acercarse a otros espacios afines ideológicamente, aunque algunos, como el de Carolina Píparo, descartaron cualquier contacto.
La denuncia penal presentada por Arrieta señala a sus compañeros de bancada, Beltrán Benedit y Guillermo Montenegro, acusándolos de organizar la actividad sin transparencia. También menciona al secretario personal de Menem, Sharif Menem, al titular del Servicio Penitenciario Federal, Fernando Martínez, y al cura Javier Olivera Ravasi. Los delitos enumerados en la denuncia incluyen coacción agravada, abuso de autoridad, violación de deberes de funcionarios públicos, conspiración y malversación de fondos públicos.
Mientras tanto, los otros diputados que participaron en la visita, pero que han mantenido un perfil bajo siguiendo las directrices del presidente de la Cámara, parecen mantenerse en buenos términos dentro del bloque. Las repercusiones de este escándalo aún están por verse, pero evidencian tensiones internas y cuestionamientos sobre la disciplina partidaria en las filas libertarias.