El tránsito en Resistencia, ya conocido por ser un verdadero dolor de cabeza para conductores y peatones, alcanzó niveles críticos con la reciente implementación de obras de bacheo en calles clave de la ciudad sin previo aviso y con una falta evidente de planificación.
Las obras se iniciaron simultáneamente en varias calles adyacentes, generando un caos total en la movilidad urbana. Los residentes, que habían esperado con ansias las mejoras en la infraestructura vial, ahora se encuentran atrapados en un laberinto de embotellamientos y calles bloqueadas.
El descontento de la ciudadanía no se hizo esperar. Las horas pico, que ya eran complicadas, se han vuelto insoportables con la acumulación de vehículos intentando sortear las pocas arterias disponibles. A esto se suma la falta de señalización adecuada, que dejó a muchos conductores y peatones desorientados y enfrentando dificultades para llegar a sus destinos.
La crítica hacia esta gestión municipal se intensificó en los últimos días, con vecinos que demandan una mejor organización y mayor previsibilidad en la ejecución de las obras.
El panorama es desolador: calles intransitables, veredas inaccesibles y ciudadanos frustrados que ven cómo su tiempo se diluye en interminables atascos. Mientras tanto, el Municipio parece no dar respuestas claras a una problemática que sigue agravándose día tras día, convirtiendo a Resistencia en un verdadero infierno vial.